Como y cuando es mejor consumir fruta

13 junio, 2014

Tanto por su digestibilidad como por su importancia en el proceso de nutrición, la fruta tiene sin duda un lugar importante en nuestra alimentación. En efecto, constituye un excelente alimento si se consume cruda, al consumir frutanatural, sin ningún tipo de manipulación.

No obstante, hay que tener en cuenta que, para lograr ser agradables al gusto y para poder aportar al organismo todas las ventajas que de ellos se espera, determinados frutos deben consumirse en el punto exacto de maduración. La fruta verde o inmadura es acidificante y desmineralizante; por el contrario, la que está excesivamente madura, además de presentar un sabor alterado, puede contener fermentos y compuestos nocivos. Por ello, es recomendable que en cada caso se consuman sólo las frutas propias de la estación; las primerizas, además de resultar mucho más caras, por lo que suponen de novedad en el mercado, son menos gustosas y presentan un contenido más pobre en sustancias nutritivas.

Los cultivos forzados de tipo técnico permiten la obtención de producciones tempranas y tardías, aunque a menudo comportan una pérdida en la presencia de principios activos, Además, siempre es preferible la producción local, ya que al llegar a los mercados en tiempos más cortos, la fruta conserva en mayor grado su valor alimentario, y tiene también una mayor carga energética; estas
propiedades disminuyen significativamente a causa de un almacenamiento prolongado.

Lo primero que hay que hacer cuando la fruta está en casa es proceder a su cuidadosa limpieza. Puesto que el uso que se hace hoy en día de productos anticriptogámicos y antiparasitarios es muy amplio, no es de extrañar la presencia en la piel de sustancias nocivas y tóxicas. Esta precaución resulta absolutamente imprescindible en casos en que la fruta se consume entera, es decir, con su piel.

Por otro lado, conviene también determinar con precisión el momento en que debe consumirse la fruta. Hoy en día se ha generalizado la costumbre de tomarla después de las comidas y este comportamiento presenta aspectos sólo en parte positivos. Si el estómago no está completamente vacío, sino que se ingiere entre las comidas principales, pasa con mayor rapidez a través del estómago y con ello llega antes al intestino, lo que permitirá absorber prácticamente todas sus vitaminas y sales minerales.

Es importante tener en cuenta que si se toma junto a otros alimentos, la fruta está obligada a experimentar procesos digestivos comunes, por lo que no pueden excluirse algunas transformaciones desactivantes de los principios alimentarios por acción de los enzimas, así como fermentaciones y descomposiciones bacterianas especialmente perjudiciales, ya que a la vez pueden provocar otros trastornos gastrointestinales.

En cambio, las frutas oleaginosas (frutos secos) deben tomarse durante las comidas; es recomendable, cuando tales frutos abundan, utilizar una menor cantidad de grasas en la condimentación, ya que almendras, nueces y avellanas tienen un elevado contenido lipídico. Estos frutos no pueden conservarse mucho tiempo, ya que se pasan rápidamente; es recomendable tomarlos desde octubre a marzo (generalmente hasta la primavera siguiente al año de cosecha) ya que, al ser frutos termodinamógenos, ayudan a nuestro organismo a superar mejor los rigores del invierno.

En función del diverso contenido en los principios alimentarios, puede dividirse la fruta en cuatro grupos principales:

  • Fruta oleaginosa: la de tipo seco, es decir, almendras, nueces, piñones, avellanas, etc.
  • Fruta agrios en general, manzanas, peras, nísperos, grosellas, frambuesas, etc.
  • Fruta azucarada: comprende plátanos, dátiles, higos, uva, etc.
  • Fruta amidácea: entre ella ocupan un lugar predominante las castañas.

Los frutos más fácilmente digeribles son los acidulados y los azucarados, que a la vez son también ricos en vitaminas y sales minerales, aunque a veces resultan pobres en calorías. En cambio, los oleaginosos son ricos en calorías, pero a la vez son pobres en vitaminas.

Ya para finalizar, otra consideración a tener en cuenta, es como afecta el proceso de cocinado a las frutas. Básicamente, una vez cocidas pierden parte de sus propiedades. La cocción altera la composición de los aceites esenciales, que resultan útiles por su acción aperitiva y digestiva, inactiva los enzimas y provoca la pérdida irremediable de algunas vitaminas.



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